TEMA: SALUD
TEMA: LA ESCUELA
Selva nació en
Montevideo (Uruguay) en 1942. Empezó el colegio con 6 años. Allí no había educación infantil y
sólo en algunos colegios existía el jardín de infantes. Eran unos 1500 alumnos
por colegio había tres clases por curso y en cada aula había sobre treinta o
treinta y cinco niños. Se aprendía gramática, aritmética, música, gimnasia,
inglés y francés. El horario era de siete y media a doce y de una y media a
cinco de la tarde.
Estuvo en este
colegio hasta los 12 años. En el colegio había un jardín que cuidaban ellos
mismos. Luego pasó a otro colegio, también en Montevideo dónde estuvo hasta los
19 años. Este colegio era sólo para chicas, llevaban uniforme y pasaban allí
todo el día, sólo iban a casa a dormir. Allí aprendían corte y confección. Se
casó a los 19 años y se vino para Asturias, dónde tuvo 4 hijos, todos
estudiados.
Joaquina, nativa de
Luarca, estudió en el colegio José García Fernández. Tiene 68 años, y es hija de padre madrileño y
madre asturiana. Empezó el colegio con 6 años. Entraba a las nueve y media y
salía a las doce y por la tarde de dos a cinco. Por la mañana daban lección y
por la tarde cosían mientras las monjas les hacían preguntas sobre la historia
de España. Cuando contestaban bien una pregunta se les daban puntos y la que
más acumulara mejor nota se llevaba.
En el colegio tenían
una capilla donde rezaban todas las mañanas. Llevaban un mandilón blanco y
tenían pupitres de dos personas. Para escribir utilizaban pluma y a clase
llevaban una cartera o cabás. Cuando se portaban mal las castigaban a limpiar
las escaleras o a leerles a las monjas mientras estas comían. Si las niñas eran
zurdas se les pegaba en la mano izquierda para que escribieran con la derecha.
Joaquina acabó el
colegio a los 12 años. No estudió, debido a la economía familiar y aprendió a
coser. También montó su propio negocio.
Nayma Feito
Rodríguez
Nombre: María
Edad: 77 años
Dirección: La Carril
Estado civil: Viuda
Profesión: Ama de casa
Situación actual:
Vive sola en su casa, aunque tiene seis hijos, pero todos ellos están casados.
Algunos viven muy cerca de ella, con lo cual la visitan a diario y siempre está
rodeada de algún nieto que le hace pasar muy buenos ratos.
Es una mujer muy
ágil e independiente con lo cual va y vuelve sola todos los días al centro, no
necesita ningún tipo de ayuda, esto le supone una buena calidad de vida. En el
centro está muy contenta, se distrae, tiene buenas amigas y comparte con las
que pueden labores, gimnasia, talleres….
Recuerda su infancia
triste porque ahora se tira comida que es un dolor cuando ella y sus cuatro
hermanos se tenían que comer las pieles de los plátanos, naranjas y pasar
muchas necesidades, como el irse casi todos los días sin cenar para la cama
porque no había. La ropa se la tenían
que lavar por noche para volver a ponerla al día siguiente porque no tenían
más.
Apenas jugaban, como
había que ir al río a lavar y ayudar en casa todo lo que podían. Si había
alguna fiesta salían a las cuatro de la tarde y tenían que volver al atardecer.
Lo que nunca se le
olvida es que su único juguete que tuvo fue una muñeca de cartón y como un día
la vio sucia se la llevó al río para lavarla y se quedó sin ella; lloró mucho y
fue el mayor disgusto que tuvo cuando era pequeña.
Conclusión: Me quedé
asombrada con su historia, no tuvo una infancia feliz y creo que deberíamos de
valorar más todo lo que tenemos porque de ello es gracias a todos los que nos
quieren.
Alba González Glez.
Dña. Macrina tiene
82 años. Es natural de San Feliz, aunque se mudó tempranamente a Paredes. Tiene
5 hijos y es viuda. Falito fue criado por sus abuelos. Se casó y tuvo 3 hijas y
cuando estas eran pequeñas se tuvo que ir al mar. Tiene 81 años.
Unas de las
conclusiones que sacamos es que antiguamente existía mucho respeto por los
padres, se les llegaba a tratar de ustedes.
También nos
comentaron que la juventud de ahora no disfruta como debería la infancia dado
que tienen la mayor parte del tiempo ocupado en actividades extraescolares
mientras que los niños de antes no tenían tanta atadura a los estudios (se iba
muy poco a la escuela porque los hermanos pequeños cuidaban de sus sobrinos,
como en el caso de Macrina, que abandonó la escuela a los 10 años para cuidar
de sus sobrinas).
También nos contaron
los juegos de antes como la pita ciega, al monumento del rey... Nos dijeron que
antes las bodas eran distintas.
Normalmente
empezabas a salir con alguien por recomendación de tus padres y te casabas muy
joven. Los vestidos de las novias se hacían a mano en casa. También se hacia el
ajuar y el dote, que actualmente serian los regalos.
Estos presentes se
ponían a modo de “exposición” en la casa. Los novios se iban a vivir a casa de
los padres del novio. Para ello la novia debía llevar unas reglas básicas de
cómo llevar la casa para que su suegra no la rechazara. Antes del enlace
matrimonial la madre enseñaba a su hija como cocinar, lavar, fregar y los
trabajos del hogar en general. Macrina nos contó una anécdota muy curiosa.
Nos dijo que antes
de casarse su padre la llamó a ella y a su hermana a la cocina. Su madre ya
había muerto, con lo cual, debía darles una pequeña charla sobre el matrimonio.
Su padre les dijo
que sus respectivas parejas eran muy buenas pero que si se quedaban embarazadas
antes de casarse, ya podían irse a otro país porque el no querría saber nada de
ellas.
Paula Peláez Arroyo
TEMA: ALIMENTACIÓN
A mí me ha tocado hablar con dos señoras una llamada Celia
de 70 años a la que conocía y con Isolina de 86 años.
Estuvimos hablando de la alimentación en su época.
-¿Qué se comía?
Se comía rapa, rapón, papas y
potaje.
-¿Dónde se cocinaba y quien cocinaba?
Se cocinaba en casa en la
cocina de leña, el pan por ejemplo se hacía en casa cada 15 días. Cocinaba la
abuela, se comía todos juntos.
-¿Qué se comía en los días de fiesta?
En los días de fiesta se comía
tortilla, filloas (frisuelos hechos de sangre) y de postre arroz con leche.
-¿Dónde se guardaba la comida y que se hacía si necesitaba
algo?
La comida se guardaba en la
panera, si se necesitaba algo había tiendas para comprar pero esto no se podía
hacer si no tenias una cartilla, se solía comprar aceite, café y azúcar.
-La fruta:
De la fruta nos contaron que
solo se compraba una vez al año y cuando esta se acababa ya no había más hasta
el año siguiente en muchos casos se vendía.
Hablando de otros temas que no
tienen nada que ver con la alimentación Celia nos contó que una carta tardaba
tres meses en enviarse debido a que tenían que ser transportadas en
barco.
Isolina también nos dijo que
desde su punto de vista se estaba volviendo un poco hacia atrás.
Carla Fernández Glez.
El pasado Lunes, ocho alumnos de
3º de la E.S.O. y otros ocho de 4º, nos hemos acercado juntos con los alumnos
del colegio ´Jose García Fernández’ al Centro de día de Luarca.
Una vez allí, hemos explicado el
método de estudio en el instituto y en el colegio y después, nos han repartido
en distintos grupos con uno o dos ancianos. Cada grupo, tenía un tema del que
hablaba, en el cuál a mi me tocó la inmigración y la emigración.
En mi grupo, había dos señoras,
llamadas Beatriz y Sara.
Beatriz nos contó que con 14 años
se había venido con su familia de Argentina, en el año 1.930. Nos dijo que no
fue tan desafortunada, debido a que allí, tenía una casa donde vivir, pero sus
padres no tenían trabajo y habían decidido venirse a España. Nos contaba que al
llegar aquí todo les parecía un lujo, ya que había demasiadas cosas que allí no
tenían. Poco a poco nos fuimos a otros temas, en los que hablamos de la
libertad que hoy en día tenemos, ella, nos decía que a la hora que salimos en
la actualidad, ella tenía que estar de vuelta en casa y que somos muy
afortunados.
Sara, era un señora de Ranón, nos
contó que su padre al nacer la había abandonado y se había quedado sola con su
madre, su abuela y una tía. Nos decía que nunca fue al colegio, acudía a una casa
al lado de la suya para aprender las letras y a leer, pero nunca tuvo una
educación en un colegio. Entrados en el tema que nos había tocado, nos contó
una historia que había vivido su cuñada. La señora se había ido a Cuba a buscar
a su marido, estuvo mes y medio en un barco para ir hacia allí, y al llegar no
conocía a su marido, una vez que llegó estalló la guerra y la mujer se quedó
sin nada. Escribió una carta a sus hermanos para decirle que no tenía ni que
comer ni que vestirse, pero cuando llegó la carta habían pasado tres meses. Poco
a poco los hermanos fueron juntando dinero y mandándoselo. Ella lo reunió y
cuando tenía suficiente, decidió volver para España. Al llegar para aquí, su
familia no la conocía.
Paula Fernández García
TEMA: TRABAJO Y EXPERIENCIAS
El pasado lunes día
24 de marzo, algunos compañeros de mi centro y yo, fuimos a visitar el Centro
de Día de Luarca.
Allí pasamos una
mañana estupenda con algunas de las personas mayores que pasan el día en el
Centro.
Lo primero que
hicimos fue presentarnos, y lo siguiente fue organizarnos en grupos: cinco
estudiantes del instituto y del colegio y dos personas mayores por grupo. En
nuestro grupo había un señor y una señora, ambos con 82 años.
Él tuvo una vida muy
complicada, ya que por razones económicas tuvo que abandonar a su familia e
irse a trabajar al mar. Pasó varios años viajando y ahora que está jubilado
dice que es muy feliz en el Centro de Día.
La señora, nacida en
San Feliz pero actualmente habitada en Luarca, también estaba muy contenta de
formar parte del Centro.
Durante nuestra
reunión, hablamos de las diferencias entre su época y la nuestra en muchos
aspectos, como por ejemplo, el trabajo, los estudios, la familia, las
relaciones, el matrimonio, los juegos, la infancia… y nos dimos cuenta de que
todo ha cambiado mucho.
Algunas cosas han
mejorado mucho, y debemos de sentirnos agradecidos de la época en la que estamos,
pero sin embargo otras cosas ya no se pueden disfrutar tanto, como por ejemplo,
la infancia, ya que los niños de hoy en día están sometidos a mucha presión.
Sofía Fernández
Lanza.